Ha llegado a ser evidente que nada en arte es evidente.
T. Adorno.

jueves, 10 de mayo de 2018

COLUMNATA DE SAN PEDRO DEL VATICANO






CLASIFICACIÓN:

La arquitectura que observamos se trata de la Plaza de San Pedro del Vaticano, diseñada entre los años 1556 y 1667 por el arquitecto Gian Lorenzo Bernini,
Podemos decir que es uno de los ejemplos más ilustrativos de la arquitectura civil del Barroco Romano.

ANÁLISIS:

Dicha plaza fue encargada por el papa Alejandro VII, dado que debía sustituir una rectangular.
Como observamos, Bernini diseña una plaza trapezoidal y con un efecto teatral y espacio escenográfico. Las escalinatas que forman la plaza dan mucho protagonismo a esta, puesto que destaca en forma de altar, especialmente en las celebraciones litúrgicas.
La plaza es, como hemos dicho trapezoidal y vemos como se abre en una especie de dos brazos ovalados que nos abrazan y nos conducen a la iglesia. Dichos brazos están formados por columnas de orden toscano, de fuste liso, sencillas, realizadas en litio y sobre las que descansa un dintel corrido. Hay que destacar que para poder observar la plaza en sí desde el interior de los pórticos hay que estar situados entre una columna y otra, dado que son de dimensiones colosales, por eso Bernini juega de manera destacable con las sombras y los espacios abiertos en dichos pórticos.
Sobre el entablamento se levanta una balaustrada, que está rematada por estatuas de santos y podemos decir que dichos santos acompañan a las esculturas de  Cristo y de los apóstoles.

COMENTARIO:

La plaza de San Pedro debía de cumplir una función civil y práctica, puesto tenía que acoger grandes masas de personas fieles y permitir celebraciones litúrgicas. Por otro lado también tenía que cumplir con una función simbólica, por lo que hemos nombrado antes de los brazos de la plaza que nos acoge a estar dentro de ella, dado que en la fachada de esta se encuentran Cristo y los apóstoles.
Con lo cual la función era darse a conocer el catolicismo, frente al protestantismo del norte de Europa.

CONCLUSIÓN:

Los papas de Roma deseaban que esta fuera la capital del catolicismo, por esa razón mandaron a construir palacios y fuentes en los que destacó Bernini como arquitecto.
Dicha plaza es la limitación entre Italia y La Ciudad del Vaticano desde 1870.

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