La Imagen que comentamos corresponde a la Iglesia de San Martín, en la localidad de Fromista, al norte de Palencia. Situada en el Camino de Santiago fue construida en la segunda mitad del siglo XI, durante el Pleno Románico, por orden de Doña Mayor de Castilla como parte de un monasterio de San Martín, en la actualidad desaparecido.
Se trata seguramente del monumento que conserva el más puro estilo románico y tras ser declarada Monumento Nacional en 1.894, fue reformada por el arquitecto Manuel Aníbal Álvarez Amoroso, con la idea de devolver el templo a su estado originario.
Su planta es longitudinal de tipo basilical y con transepto sobresaliente en altura. Se compone de tres naves, siendo la central más ancha y un poco más alta que las laterales y culminan en tres ábsides semicirculares. Al ser la nave central ligeramente más elevada que las laterales no es posible abrir un cuerpo de ventanas en ella, por lo que la iluminación interior se hace desde estas últimas. La separación entre naves se realiza mediante arcos formeros de medio punto.
La cubierta de las naves son bóvedas de cañón que descansan en arcos perpiaños. En el crucero, donde se cruzan la nave principal con el transepto, se levanta un cimborrio octogonal con una cúpula sobre tambor que descansa sobre unos semiconos llamados trompas, típicamente románicos Esto nos permite pasar de la forma cuadrada del crucero a la octogonal o circular de la cúpula. El peso de las bóvedas descansa en pilares de sección cruciforme que se corresponden con pequeños contrafuertes al exterior del edificio.
A los pies, en la fachada principal, se encuentran dos torres campanario circulares de ascendencia pirenaica. Podemos observar un predominio del muro sobre el vano, como es habitual en este estilo, que necesita de una fuerte sustentación y a lo que se añade la existencia de los mencionados contrafuertes.
Las ventanas están hechas con arcos de medio punto, siendo abocinadas y con arquivoltas lo que nos deja ver el grosor del muro. Está construida en una sillería perfectamente tallada.
La decoración se concentra en los capiteles historiados que aluden a historias evangélicas (pecado original, expulsión del paraíso) y ante todo en las cornisas. En ellas apreciamos líneas de taqueados jaqués así como numerosos canecillos que con función de ménsulas, sujetan el tejado y sirven como lugar par aplicar distintos relieves.
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