Ha llegado a ser evidente que nada en arte es evidente.
T. Adorno.

lunes, 16 de octubre de 2017

Comentario: LA PIRÁMIDE DE ZOSER.



La imagen que voy a comentar es una arquitectura arquitrabada, casi maciza, realizada en piedra y de carácter funerario característica de la civilización del antiguo Egipto que se desarrolla durante los tres primeros milenios antes de Cristo.
Se trata de un enterramiento en forma de pirámide escalonada, a partir de la superposición de mastabas (sepulturas troncopiramidales). Está realizada en mampostería  y sillería de arenisca y posteriormente revestida por caliza blanca de Tura, hoy prácticamente perdida, que le otorgaría una dimensión sagrada: la petrificación de un rayo del dios sol.  Presenta un carácter macizo a excepción del pequeño serdab lateral para el depósito de la escultura del Ka del faraón, mientras que la cámara sepulcral destinada al enterramiento de faraónico se excava por debajo de la fábrica.
Responde, como vemos, a una doble idea de monumentalidad y perdurabilidad asociada al prestigio político y religioso del faraón. Simbólicamente la forma piramidal adquiere en Egipto una significación protectora identificada con la divinidad solar Ra, que reflejaría el carácter de divinidad viviente del sepultado. En este caso, además, los distintos escalones evocarían la jerarquización del mundo egipcio, sin la cual hubiese sido imposible la ejecución de estos monumentos.
Tradicionalmente se pensó que este tipo de construcciones estarían fundamentadas en una sociedad esclavista. En la actualidad se asocian a una doble premisa característica de la civilización egipcia: su profundo sentido religioso y una organización social capaz de hacer trabajar a grupos de varios miles de campesinos durante los periodos no agrarios.
Los orígenes del enterramiento piramidal se remontan a los inicios del Imperio Antiguo, coincidiendo con un periodo de prosperidad política asociado a la unificación del Bajo y del Alto Egipto durante la III dinastía. Sus primeros ejemplos son escalonados –como el presente- o acodados, hasta alcanzar su forma clásica en la Pirámide Roja del faraón Snefru en Daschur y proporciones áureas en la Gran Pirámide de Keops de la necrópolis de Gizeh durante la IV dinastía. La pérdida de prestigio político, poder económico y la aparición de nuevos ritos religiosos con la dinastía V suponen la reducción de las dimensiones y el empobrecimiento de estas construcciones, que continúan realizándose en el Imperio Medio (Sesostris I o Amenhemet III). Sin embargo el expolio al que fueron sometidas en época dará paso a otro tipo de enterramientos excavados sobre la roca: los hipogeos. Durante el primer milenio la cultura sudanesa de Meroe retomará este tipo de enterramientos e, incluso, los propios romanos la utilizarán para sus sepulturas en ocasiones puntuales tras la conversión de Egipto en provincia del Imperio (Pirámide de Cayo Cestio  en Roma).

La pirámide propuesta es concretamente la del faraón Zoser de la dinastía III,  la primera de las construidas. Se halla en el complejo funerario de Sakkará, fue diseñada por Imhotep hacia el año –2650 a.C y alcanzaría los 65m de altura. La imagen muestra además algunos de los templos asociados al patio del Heb sed, donde se repetiría la doble coronación del faraón fallecido, durante los rituales osiríacos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.