Ha llegado a ser evidente que nada en arte es evidente.
T. Adorno.

lunes, 23 de octubre de 2017

Orden arquitectónico.

Es el conjunto de elementos constructivos que regularizan las edificaciones clásicas conforme a su proporción y armonía. En la antigua Grecia constituían un signo de identidad que permitía reconocer un tipo de edificio aún estando en territorios muy alejados. Los dos más empleados fueron el dórico y el jónico, y desde de la época clásica un tercero: el orden corintio. En Roma se añadieron también el toscano y el orden compuesto que son derivaciones de los anteriores.
El orden dórico es el más antiguo de todos y debe su nombre a que la tradición lo consideraba una creación de los dorios, pueblo severo y disciplinado, habitantes del Peloponeso y la Magna Grecia. Se caracteriza por su robustez y se identifica frecuentemente con lo masculino. Su columna carece de basa y posee un fuste estriado y un capitel formado por ábaco y equino. El entablamento tiene un arquitrabe liso y un friso con metopas y triglifos cubierto por cornisa.

El orden jónico nació y fue característico de las islas y costas de Jonia (Asia Menor), donde alcanzó su mayor monumentalidad y difusión. Se trata de un orden de inspiración naturalista con el que intentaba plasmar la suavidad y belleza del cuerpo femenino. Sus columnas tienen basa, un fuste acanalado y un capitel formado por volutas enfrentadas. El entablamento está formado por un arquitrabe con tres fajas o platabandas, friso corrido y una cornisa de grandes dimensiones.


El orden corintio –el último en aparecer- es en realidad una variante ornamental del anterior, del que sólo se distingue por sus dimensiones más esbeltas y por la utilización de un capitel conformado por dos filas de hojas de acanto superpuestas y unas volutas angulares llamadas caulículos.

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